La calle de Zaragoza concentraba una vitalísima vida mercantil; era la vía siempre concurrida que comunicaba la pequeña plaza de la Reina con la puerta barroca de la Catedral. El tranvía le daba un pulso ruidoso, mecánico y el adoquinado parecía ablandarse en los días calurosos del sol eterno; de ahí que para protección de los clientes los comercios disponían de amplios toldos que los aprendices -casi niños- se apresuraban a bajar antes de las nueve de la mañana.
El afán de cambio urbanístico para lograr una amplia plaza, siempre abanderando polémicas, inició los derribos de un lado de la calle de Zaragoza en 1931, pro quedaron edificios enfrente de la Catedral. Como de costumbre, discusiones, presupuestos y discordia prolongaron los derribos hasta 1960. Oficialmente la plaza de la Reina, luego de Zaragoza y, por último Reina, se inauguró en la festividad fallera de 1970.
Información de M.ª Ángeles Arazo para Las Provincias.
Calle Zaragoza 1932.
Al fondo se observa el Miguelete,de la Catedral.
Plaza la Reina 2013.
(Foto propia).
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