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martes, 15 de marzo de 2022

Expulsión de Moros en Valencia en 1609.

Crónica Negra de España 146:

Expulsión de Moros en Valencia en 1609.
Expulsión de  Moros en Valencia.
Grabado de Juan Serra Pausas sobre 1861.

El 4 de abril de 1609 el Consejo de Estado tomó la decisión de expulsar a los moriscos del Reino de Valencia, pero el acuerdo no se hizo público inmediatamente para mantener en secreto los preparativos. Se ordenó concentrar las cincuenta galeras de Italia en Mallorca con unos cuatro mil soldados a bordo y se movilizó la caballería de Castilla para que vigilara la frontera con el reino. Al mismo tiempo, se encomendó a los galeones de la flota del Océano la vigilancia de las costas de África. Este despliegue no pasó desapercibido y alertó a los señores de moriscos valencianos que, inmediatamente, se reunieron con el virrey, quien les dijo que nada podía hacer. Entonces decidieron que dos miembros del brazo militar de las Cortes valencianas fueran a Madrid para pedir la revocación de la orden de expulsión. Allí expusieron la ruina que les amenazaba y dijeron que si la orden se mantenía «Su Majestad les señalase otro [reino] que pudiesen conquistar para vivir conforme a su condición con hacienda, o morir peleando, que era harto más honroso que no a manos de pobreza». Sin embargo, cuando conocieron las cláusulas del decreto que iba a publicarse abandonaron a los moriscos a su suerte, colocándose «al lado del Poder Real» y convirtiéndose en «sus auxiliares más eficaces», según un cronista de la época. La razón de este cambio de opinión, según reflejó el mismo autor, fue que en el decreto se establecía «que los bienes muebles que no pudiesen llevar consigo los moriscos, y todos los raíces, se aplicarían a su beneficio como indemnización».

Expulsión de Moros en Valencia en 1609.
Cuadro de Vicente Mostre (1613) sobre la sublevación morisca de la Muela de Cortes.

El decreto de expulsión, hecho público por el virrey de Valencia, Luis Carrillo de Toledo, el 22 de septiembre de 1609, concedía un plazo de tres días para que todos los moriscos se dirigieran a los lugares que se les ordenase llevando consigo lo que pudieran de sus bienes, y amenazaba con la pena de muerte a aquellos que escondieran o destruyeran el resto «por cuanto S.M. ha tenido por bien hacer merced de estas haciendas, raíces y muebles que no puedan llevar consigo, a los señores cuyos vasallos fueren». Solo quedaban exceptuadas de la expulsión seis familias de cada cien, que serían designadas por los señores entre las que más muestras dieran de ser cristianas, y cuya misión sería «conservar las casas, ingenios de azúcar, cosechas de arroz y regadíos, y dar noticia a los nuevos pobladores que vinieren», aunque esta excepción fue finalmente revocada y entre los propios moriscos halló escaso eco. Asimismo, se permitía quedarse a los moriscas casadas con cristianos viejos y que tuvieran hijos menores de seis años, «pero si el padre fuere morisco y ella cristiana vieja, él será expelido, y los hijos menores de seis años quedarán con las madres». También se establecía que «para que entiendan los moriscos que la intención de S.M. es echarlos sólo de sus reinos, y que no se les hace vejación en el viaje, y que se les pone en tierra en la costa Berbería [...] que diez de los dichos moriscos que se embarcaren en el primer viaje vuelvan para que den noticia de ello a los demás»

Expulsión de Moros en Valencia en 1609.
Expulsión de los moriscos en el puerto de Denia, pintado en 1613 por Vicente Mostre.

Hubo señores que se comportaron dignamente y llegaron incluso a acompañar a sus vasallos moriscos a los barcos, pero otros, como el conde de Cocentaina, se aprovecharon de la situación y les robaron todos sus bienes, incluso los de uso personal, ropas, joyas y vestidos. A las extorsiones de algunos señores se sumaron los asaltos por bandas de cristianos viejos que los insultaron, les robaron y en algunos casos los asesinaron en su viaje a los puertos de embarque. No hubo ninguna reacción de piedad hacia los moriscos como las que se produjeron en la Corona de Castilla.Así lo recogió el poeta Gaspar Aguilar, aunque exagera cuando menciona las «riquezas y tesoros», ya que la mayoría se vieron obligados a malvender los bienes que poseían y no se les permitió enajenar su ganado, su grano ni su aceite, que quedó en beneficio de los señores.

Expulsión de Moros en Valencia en 1609.
La expulsión de los moriscos en 1894.
Gabriel Puig Roda.

Entre octubre de 1609 y enero de 1610 los moriscos fueron embarcados en las galeras reales y en buques particulares que tuvieron que costear los miembros más ricos de su comunidad. Del puerto de Alicante partieron unos 30 000; del de Denia, cerca de 50 000; del Grao de Valencia, unos 18 000; del de Vinaroz, más de 15 000; y del de Moncófar, cerca de 6000. En total fueron expulsados unos 120 000 moriscos, aunque en esta cifra se incluyen los que embarcaron con posterioridad a enero de 1610 y los que siguieron la vía terrestre por Francia.

Las exacciones que padecieron, unidas a las noticias que llegaban del norte de Berbería de que allí no estaban siendo bien acogidos, provocó la rebelión de unos veinte mil moriscos de las comarcas de La Marina Alta que se concentraron en las montañas próximas a Callosa de Ensarriá, siendo duramente reprimidos por un tercio desembarcado en Denia, por las milicias locales y por voluntarios atraídos por el botín. 

Expulsión de Moros en Valencia en 1609.
Lápida conmemorativa relativa a la expulsión de los moriscos. 
Museo San Pío V de Valencia.

Varios miles de moriscos de la zona montañosa del interior de Valencia, junto a la frontera con Castilla, también se rebelaron y se hicieron fuertes en la muela de Cortes donde eligieron como jefe a un morisco rico de Catadau. Pero fueron fácilmente derrotados por los tercios que habían llegado de Italia para asegurar la operación, aunque ya estaban siendo diezmados por el hambre y la sed. No se sabe cuantos moriscos murieron, y solo se conoce que los tres mil supervivientes fueron embarcados. Su cabecilla fue ejecutado en Valencia. Murió afirmando que era cristiano.

Para acabar con los moriscos rebeldes huidos el virrey publicó un bando en que ofrecía «a cualesquier personas que salieren en persecución de los dichos moros sesenta libras por cada uno que presentaren vivo y treinta por cada cabeza que entregaren de los que mataren.. Y si acaso las personas que los trajeren vivos quisieren más que sean sus esclavos, tenemos por bien dárselos por tales, y concederles facultad para que como tales esclavos los puedan luego herrar»

Información extraída de este enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Expulsi%C3%B3n_de_los_moriscos











lunes, 28 de octubre de 2019

Fragata Méndez Núñez (Resolución).

Litografía de la fragata Resolución en el Dique de Cartagena (Murcia) en 1861.
Todocolección.
Entrada de la fragata “Resolución” en el puerto de Cartagena, a su vuelta del Pacífico. 
Xilografía aparecida el 20 de enero de 1867 en el periódico “El Museo Universal”. 
Fuente: Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Fragata Resolución ca.1888.

El Méndez Nuñez fue una fragata blindada al servicio de la Armada española, que en origen fue la fragata de hélice de la Clase Lealtad Resolución (Ex-Nuestra Señora del Patrocinio).
La transformación en blindada consistió solamente en la instalación de una faja y un reducto blindado de 120 mm en el centro del costado, que protegía la máquina y la batería, donde se alojaban los 6 cañones de grueso calibre, continuando el resto del casco de madera sin protección.
Aún con el nombre de Resolución y antes de su transformación, participó en la campaña del Pacífico en 1866 formando parte de la escuadra mandada por Casto Méndez Núñez y bajo el mando del capitán de navío Manuel de la Pezuela, en donde tomó parte en los bombardeos de Valparaíso del 31 de marzo de 1866 y en la Batalla de El Callao, siendo el buque que sufrió menos bajas y daños y cuya artillería fue más eficaz. A su vuelta a España, se la rebautizó como Ntra. Sra. del Patrocinio, y tras comprobar las excelentes condiciones marineras que poseía tras su paso por el Cabo de Hornos, se decidió convertirla en fragata blindada en 1869.

Al año siguiente recibió su nuevo nombre, Méndez Núñez, en recuerdo y honor del marino fallecido el 21 de agosto de 1869. Tras la transformación fue adscrita a la escuadra del Mediterráneo y, a finales de 1872, a la escuadra de reserva, en la que le sorprendió la sublevación del Cantón de Cartagena, en el año 1873. El Gobierno declaró piratas a todos los buques sublevados. Participó en el Combate naval de Portmán, el 11 de octubre de 1873 entre la escuadra cantonal y la gubernamental. Fue dada de baja en 1888 y desguazada el año 1896 en Mahón (Menorca).
Información extraída de este enlace:


miércoles, 22 de mayo de 2019

Cádiz.

Cádiz
Vista desde la Alameda de Cádiz. 
Grabado en plancha de cobre y coloreado a mano. 
Published According to Act of Parliament, 1861.

sábado, 30 de abril de 2016

Cádiz

Cádiz
Vista desde la Alameda de Cádiz. 
Grabado en plancha de cobre y coloreado a mano. 
Published According to Act of Parliament, 1861.