En marzo de 1810 se inicia la demolición del palacio. Fue una demolición lenta y muy bien dirigida, pues se tenía el propósito de aprovechar y vender todos los materiales que se derribaran.
En la inmediata posguerra, 1815 y 1816, hubo un proyecto de reconstrucción basado en los planos que se hicieron antes de su destrucción, pero finalmente no se llevó a cabo.
Grabado de jarrón con flores ante una vista del Palacio del Real de Valencia, obra de Miguel Parra (1819).
Al fondo se aprecia el Museo de Bellas Artes o San Pió V.