Vro Rto de Nª Sª del Rocío en 1880.
F. Mitjana Málaga.
Biblioteca Nacional de España.
Virgen del Rocío 2017.
Según la leyenda entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre,otra leyenda lo identifica como Gregorio (“Goro”) Medina, natural de Villamanrique de la Condesa que, o apacentaba ganado o había salido a cazar, hallándose en el término de la villa de Almonte, en el sitio llamado La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticable a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras, advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado Lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una imagen de la Reina de los Ángeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina».
«Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontando parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto, Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes.
Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.
Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana.
Aforándose en aquel sitio con el nombre de la Virgen de las Rocinas.
La imagen actual no es la primitiva. Según el investigador Don José Alonso Morgado y González, es una bellísima escultura, de poco más de un metro de altura con el estilo de principios del siglo XV.
El estado de deterioro en el que se encontraba hizo obligada su restauración y esta se realizó atendiendo al gusto llamado gótico. La primitiva imagen está embutida en la actual; el rostro está practicamente borrado, de sus hombros pende un manto azul, el vestido es verde, sujeto a la cintura por un cinturón lleno de estrellas doradas, en la parte baja se observa el calzado grana de forma puntiaguda. En el pecho, a la izquierda, está señalado el lugar que ocupó el Niño. Este Niño fue llevado a Ámerica, por un caballero, que donó el que tiene actualmente.
A mediados del XVII, se trató de nuevo de restaurar y sufrió una transformación radical, quedando oculta la imagen la Imagen primitiva, y resultando, una vez restaurada, tal como hoy se admira.
Información extraída de este enlace: http://www.rocio.com/la-leyenda/
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