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sábado, 31 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Cuadro de Oleo sobre lienzo. 
Escena Valenciana. Siglo XIX. 
Todocolección.

viernes, 30 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Grabados sobre caja de cerillas sobre 1885.
Tipos de Valencia.
Todocolección.


jueves, 29 de julio de 2021

Madrid.

Madrid.

Fotografía Carta de visita CDV Tipo Cabinet sobre 1870.
 (J. Laurent).
 Tauromaquia. Corrida de toros.

martes, 27 de julio de 2021

España.

España.
Torero antes de la faena, obra histórica, artística, pintoresca y monumental.1850-51.
British Library.

domingo, 25 de julio de 2021

Gandía (Valencia).

Gandía (Valencia).
Casa consistorial sobre 1920.
Todocolección.
Gandía (Valencia).
Casa consistorial.
Calle Auxias March.
Google Maps.



sábado, 24 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Cuadro típico de la huerta Valenciana con su Barraca en Oleo sobre tabla 1983.
 José Valls.

viernes, 23 de julio de 2021

Sagunto (Valencia).

Sagunto (Valencia).
Calle del Calvario Viejo sobre 1940.
Todocolección.
Sagunto (Valencia).
Calle del Calvario Viejo.
Google Maps.



jueves, 22 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Fotografía de una pareja sobre 1920.
Foto: Vicente Crespo.
Calle Pie de la Cruz 23.
 Todocolección.

miércoles, 21 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Jardines de Monforte sobre 1940.
Valencia.
Jardines de Monforte 2021.
Foto particular.



sábado, 17 de julio de 2021

Zumaya (Guipúzcoa)

Zumaya (Guipúzcoa)
Puerto de Zumaya ca. 1939.
Edición Luis Olaizola.
Fototipia Thomas.
Todocolección.

viernes, 16 de julio de 2021

Alfredo Galán Sotillo " El asesino de la Baraja".

Crónica Negra de España 133.


Alfredo Galán Sotillo " El asesino de la Baraja".
Alfredo Galán detenido.
Periódico Ok Diario.

Alfredo Galán fue bautizado por la prensa como "El Asesino de la Baraja" quien mató a seis personas con una pistola porque pensó que podía hacerlo. Fue militar profesional en una misión de la ONU en Bosnia y las cosas que vio le provocaron sufrimientos mentales para los que debía medicarse. Sin embargo, pronto dejo el medicamento y se convenció a sí mismo de que podía ser un gran asesino en serie. En las escenas del crimen dejaba una carta de baraja española a modo de firma.

Como curiosidad hay que explicar que junto a su segunda víctima quedó un naipe de manera fortuita. Aquello trascendió y la Prensa lo bautizó como "asesino de la baraja". Después, para seguir el juego él comenzó a dejar cartas junto a sus víctimas. Fue detenido en 2005 y condenado a 142 años de cárcel.

Fue militar y estuvo durante un tiempo destinado a una misión humanitaria en Bosnia, donde adquiriría la pistola con la que cometería los asesinatos a su vuelta en España. Fue cabo primero en la Brigada Acorazada, en el Regimiento Mecanizado Asturias 31 y, pero suspendió las pruebas físicas de acceso a la Escala de Cabos y Guardias de la Guardia Civil.

Alfredo Galán Sotillo " El asesino de la Baraja".
Alfredo Galán detenido.
Diario de Cádiz.

Al parecer era muy conflictivo y al volver de Bosnia no trajo consigo solo un vehículo y la pistola, sino también muchos trastornos para los que requería medicación incompatible con el alcohol, el cual Galán consumía en grandes cantidades desde los 17 años.

Nació el 5 de abril de 1978 en Puertollano en Ciudad Real. A pesar de ser hijo de una familia humilde, los testimonios indican que era un niño feliz y de buen carácter. Sin embargo, con tan solo ocho años una tragedia cambiaría su personalidad para siempre: Su madre murió dando a luz a su hermana, dejando a ambos huérfanos. Desde ese momento Alfredo Galán creció como un adolescente conflictivo, de mal carácter e introvertido. Nunca terminó los estudios y se unió al Ejército en 1998, cuando contaba con 20 años.

“Me encerré en mí mismo. Era muy sensible y simpático y me hice muy introvertido. Me hacía el duro. No quería regalos”, confesó as los médicos después su arresto. No se sabe con exactitud que fue lo que vio “El Asesino de la Baraja” en Bosnia, pero se sabe que no volvió a ser el mismo después de la experiencia, necesitaba medicación antineurótica, la cual dejó de tomar poco antes de cometer los crímenes.

Aunque no fuese un buen estudiante, era previsor. Sabía que le darían de baja en el ejército por sus sucesivos episodios de ansiedad, así que para cuando sus predicciones se hicieron realidad, él ya había conseguido trabajo como guardia de seguridad en el aeropuerto de Barajas. Fue precisamente en esa localidad donde daría el paso por el que sería recordado años después en España, un homicidio. Antes de esto su única detención había sido en 2001 por conducir bajo los efectos del alcohol.

Según las versiones había aumentado considerablemente su consumo de alcohol, esto sumado al hecho de que había dejado de tomar su medicación lo hacían muy inestable. No gozaba de ningún titulo como asesino, solo era un sujeto sentado frente a su televisor que de repente pensó que podría simplemente salir a la calle y matar a alguien.

Alfredo Galán Sotillo " El asesino de la Baraja".
La voz de Galicia.

La víctima fue elegida completamente al azar. Ese fatídico 24 de enero Juan Francisco Ledesma era portero de una finca, la número 89 en la calle Alonso Cano, en Madrid. Estaba en su domicilio junto a su hijo cuando Galán entró, lo hizo ponerse de rodillas y le disparó en la cabeza.

La investigación se inició como cualquier otra, los agentes decidieron centrarse primero en las personas cercanas a la víctima, aquellos que pudiesen tener un motivo para deshacerse de este. Un testigo aseguró haber visto a la víctima discutir con una mujer morena dos días antes del crimen. Esta mujer era Ana, una dominicana de 44 años que tenía relación con Juan Francisco, éste iba a ser su padrino de boda. Sin embargo, nada de esto fue relevante para el caso, puesto que no había forma de vincular a la mujer con el crimen.

“Quería experimentar la sensación que causa acabar con la vida de un ser humano. Comencé con el portero y al no sentir nada seguí matando”, declararía el asesino solo unos meses después.

El 5 de febrero de 2003 el exmilitar dio su segundo golpe. Juan Carlos Martín era un joven de 18 años que trabajaba en el aeropuerto de Barajas. Se encontraba esperando el autobús en la parada de la localidad cuando un sujeto llegó en un Renault Megane, se apeó y lo obligo a arrodillarse, acto seguido le disparó en la nuca. El Asesino de la Baraja se había cobrado su segunda víctima.

La víctima había sido escogida nuevamente al azar y esto hizo muy difícil las investigaciones. No solo las dos primeras victimas no tenían ninguna relación, sino que encima no tenían nada en común además de ser ambos varones y que el calibre de la munición utilizada había sido la misma. No había un verdadero patrón entre las víctimas que permitiese la elaboración de un perfil criminal. De hecho, el crimen no se relacionó al de Ledesma.

Al lado del cadáver se encontró una carta, el as de copas de una baraja española. Esto hizo que la policía entrase en alerta ya que relacionaron los hechos al Crimen del Rol cometido por dos jóvenes aficionados a los juegos de mesa que en 1994 asesinaron a sangre fría a un hombre porque así lo requería el guion de un juego inventado por ellos mismos. La Prensa rápidamente se hizo eco de los hechos y bautizaron al asesino como “El Asesino de la Baraja” a veces también referido como “El Asesino del Naipe”.

Alfredo Galán Sotillo " El asesino de la Baraja".


El 21 de febrero un empleado de un Carrefour entregó a las autoridades una cartera con un recorte de periódico acerca del asesinato. En éste había además una anotación que rezaba: “Si el invitado o el monstruo está en el cementerio, apunte un punto”. Con esto parecía que la teoría sobre un nuevo “crimen del rol” cobraba fuerza. En la cartera había también un DNI perteneciente a un estudiante llamado Borja, quien había estudiado con Javier Rosado, el autor intelectual del “Crimen del Rol” del 94, que también había tenido lugar en una parada de autobús.

Cuando fue interrogado Borja tenía coartada. La noche del crimen había estado durmiendo en casa. Respecto al recorte de periódico, dijo que era para un amigo que siempre llevaba un as de copas en la cartera para simbolizar que era el que “más bebía de la pandilla”. Esta falsa pista también dejó muy confundidos a los investigadores.

El mismo día del asesinato de Martín, 12 horas después, Galán entró a un bar en Alcalá de Henares, el Bar Rojas. El local pertenecía a una mujer llamada Teresa Sánchez García, quien ese día estaba siendo acompañada por su hijo Mikel. Junto a ellos también estaba Juana Dolores, una vecina que hablaba distraídamente por teléfono. Ninguno de ellos sospechaba lo que iba a pasar en ese tranquilo bar madrileño. Alfredo entró y, en una actuación muy rápida, disparó al joven Mikel en la cabeza, asesinó también a Juana e hirió a Teresa de gravedad y se dio a la fuga dándola por muerta. No dejó ningún naipe.

Un menor llamado Antonio avisó del tiroteo a Urgencias y poco después denunció a las autoridades estar recibiendo llamadas amenazantes de un sujeto que se dirigía a él con mensajes crípticos y referencias religiosas. La investigación reveló que el número de teléfono pertenecía a un joven de nombre Carlos, quien trabajaba en una pizzería de la calle Alonso Cano, lugar donde había aparecido la primera víctima de Galán. Carlos probó ser inocente y las amenazas junto a los asesinatos quedaron de momento sin resolver.

Pasó un mes sin que hubiese un nuevo caso de asesinato, todo apuntaba a que la aleatoriedad de los episodios convertiría los casos en misterios sin resolver. Entonces, el 7 de marzo de 2003 “El Asesino de la Baraja” se presentó en la localidad madrileña de Tres Cantos, se acercó a un portal de la avenida de Viñuelas y, según el auto del crimen, disparó en la cabeza a Eduardo Salas, después apuntó a una amiga de éste, Anahid Castillo, pero el arma se encasquilló, lo que dio tiempo a la mujer de huir. Antes de irse dejó un dos de copas marcado con un punto azul junto al cuerpo de su víctima, quien logró sobrevivir y necesitó 150 días de convalecencia. Las autoridades vincularon este caso al de Juan Carlos Martín.

Al haber un mayor número de casos ahora, los agentes pudieron identificar uno de los factores clave, la pistola Tokarev de 7,62mm que el asesino estaba utilizando. De fabricación rusa, era imposible para un ciudadano español adquirirla por medios convencionales. Los investigadores pensaron que solo había dos maneras en las que el asesino podía haberse hecho con un arma de esas características. La primera era que se tratase de alguien que hubiese pertenecido a misiones militares. La segunda, que el asesino tuviese nacionalidad rusa.

Mientras las autoridades intentaban descifrar el caso, Galán cometía otro asesinato. Esta vez las víctimas fueron un hombre y una mujer, Gheorghie Magda y su esposa, Doina Magda, dos trabajadores de origen rumano que paseaban por un descampado en la localidad madrileña de Arganda del Rey. El hombre murió de un disparo a la cabeza, su mujer de dos a la altura del pecho. Nuevamente y como había decidido firmar sus asesinatos, dejó dos naipes un 3 y un 4 de copas. Uno por cada víctima.

A la frustración de los agentes se suma un bromista que, después de que fuese publicado el retrato robot proporcionado por las dos mujeres que habían sobrevivido a los ataques, Teresa Sánchez y Anahid Castillo, decidió publicar en internet un mensaje haciéndose pasar por el asesino: “Gracias al tipo que hizo el retrato porque no ha dado ni una. Mataré hasta terminar la baraja. En pocos días, el 5 de copas”.

Alfredo Galán Sotillo " El asesino de la Baraja".

Peor aun que el primero, un segundo bromista llamó al servicio de emergencias “112” y explicó: Si quiere conocer el próximo asesinado de la baraja, busque en esta cabina”. Los policías rastrearon la cabina desde donde había sido hecha la llamada. Fue localizada en la avenida María Auxiliadora en la ciudad de Salamanca. Dentro de esta solo había una foto de un vecino de la ciudad que era inocente.

Los agentes cada vez iban teniendo un perfil mejor elaborado. Buscaban a un militar español que hubiese prestado servicio en la zona de los Balcanes, la antigua Yugoslavia o Rusia. Era seguro que el asesino tenía una psicopatía y probablemente llevara una vida solitaria sin hijos ni familia. Fue así como el 22 de mayo detuvieron a Francisco Javier Antuaño.

Antuaño residía en Alcalá de Henares, era portero de discoteca, y según sus conocidos, era xenófobo. Había servido al país como militar. Encajaba perfectamente en el perfil. Para mala fortuna del detenido, tanto Teresa Sánchez como Anahid Castillo afirmaron que era el hombre que las había atacado.

No obstante, los agentes y los jueces no tenían claro que hubiesen capturado al verdadero asesino, sin embargo, la presión había podido con el sistema de justicia. Más adelante las mujeres que habían testificado explicaron que estaban muy asustadas y que era perfectamente posible que se hubiesen equivocado. Antuaño fue liberado y nuevamente los investigadores se quedaban sin nada.

Este caso se resolvió de una manera inverosímil, que incluso a algunos con un sentido del humor algo retorcido encontrarían hasta cómico. El 3 de julio de 2003 un hombre en estado de embriaguez se entregaba en la Comisaría de Puertollano. Afirma ser “El Asesino de la Baraja”. Ninguno de los presentes le creyó, así que le solicitaron que aporte veracidad a sus palabras. Fue entonces cuando los agentes, que estaban divirtiéndose a costa del hombre ebrio que había ingresado delirando a la comisaría, quedaron atónitos. El borracho conocía hasta el más mínimo detalle de los casos, incluso aquellos que no habían sido publicados y estaban catalogados como secreto de sumario. Frente a las caras de consternación de todos añadió: “Yo soy el asesino de la Baraja; estoy harto de la ineficacia policial”.

Pronto las autoridades realizaron un registro del domicilio en Alcalá de Henares de Galán. En una de las habitaciones encuentran un mazo de cartas y varios recortes de prensa (trofeos), todos estos hacían alusión a los crímenes que había perpetrado. De la pistola no había rastro, el asesino afirmó que la había vendido antes de decidir entregarse.

Alfredo Galán Sotillo fue condenado en 2005 a 142 años de prisión por el asesinato de seis personas y tentativa de homicidio. No obstante, dada la legislación española, solo cumplirá 25 años. Los investigadores piensan que su objetivo era darse a conocer, alcanzar presencia mediática. Es por ello que adoptó la identidad que le habían dado los medios de comunicación.

Los psicólogos de la policía definieron a Galán como un “psicópata exhibicionista” sin ningún tipo de empatía ni remordimiento. Durante el juicio, ya libre de los efectos del alcohol dijo que se había confesado falsamente bajo la presión de un grupo neonazi que lo había amenazado.

Según el perfil elaborado, mataba por placer, hecho que confirmó él mismo a los psiquiatras con la siguiente declaración: “Me veo tranquilo, seguro y educado. Para matar no hace falta ser malo, uno puede ser bueno y matar”. Es posible que esta visión del mundo la adquiriera mientras era militar debido al shock emocional que pudo suponer acabar con la vida de alguien durante una batalla. A la construcción del perfil se sumaron otras características como el narcisismo y la megalomanía, el complejo de Dios y la baja autoestima.





jueves, 15 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Festividad de San Vicente Mártir en 1954.
Todocolección.


miércoles, 14 de julio de 2021

Guadalajara.

Guadalajara.
Calle Miguel Fluiters en 1977.
Todocolección.
Guadalajara.
Calle Miguel Fluiters .
Google Maps.



martes, 13 de julio de 2021

Sevilla.

Sevilla.
Ntra. Sra. de los Reyes - Patrona de la Ciudad.
Todocolección.
Sevilla.
Ntra. Sra. de los Reyes.
Foto: Daniel Garrido.

La Virgen de los Reyes Coronada es una advocación de la Virgen María venerada en la ciudad andaluza de Sevilla (España), de la que es Patrona. Su fiesta es celebrada por la iglesia católica el día 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María, con una multitudinaria procesión por las calles de la ciudad.

La imagen se venera en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla y en torno a ella se fundó en el año 1905 la Asociación de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando, de la que es cotitular con el rey Fernando III de Castilla. Fue coronada canónicamente en el año 1904, convirtiéndose en la primera imagen mariana en obtener esta distinción en Andalucía. Además, le fueron concedidos los honores de capitán general (1939), y de alcaldesa perpetua de la ciudad, custodiando las llaves y bastón de mando; es así mismo patrona del Consejo de Cofradías de Sevilla, y le fue concedida la medalla de oro de la ciudad en 1958, siendo la primera imagen en obtenerla.






lunes, 12 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Mujer con un niño en 1957.
Al fondo el estadio de futbol del Valencia C.F.
Valencia.
Avenida de Aragón 2021.
Foto particular.



domingo, 11 de julio de 2021

Valencia.

Cuadro de Rafael Estellés Bartual  (1900-1994). Paisaje de la huerta de Valencia sobre 1926.
Cuadro de Rafael Estellés Bartual  (1900-1994).
Paisaje de la huerta de Valencia sobre 1926.


sábado, 10 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Plaza de la reina sobre 1960.
Todocolección.
Valencia.
Plaza la Reina 2021.
Foto particular.



viernes, 9 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Panel cerámico de Valencia, en 12 piezas, sobre marco de madera.
Todocolección.

jueves, 8 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Iconografía de la ciudad de Valencia en 1693.
Todocolección.

miércoles, 7 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Cuadro de Valencia en 1993.
Catedral de Santa María.
Técnica puntillado en tinta china.
Artista: Mimopri (Miguel Molero).

martes, 6 de julio de 2021

Reus (Tarragona).

Reus (Tarragona).
Entrada a la calle Monterols ca. 1939.
Todocolección.
Reus (Tarragona).
Plaza de Prim.
Google Maps.



lunes, 5 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Almanaque de La Regional en 1933.
Fabrica de Anisados y licores.
Hijo de Vicente Vila.
Antigua Carretera de Barcelona 173.
Todocolección.
Valencia.
Avenida de la Constitución 173.
Google Maps.



domingo, 4 de julio de 2021

Ronda (Málaga).

Ronda (Málaga).
Puerta de Almocóbar ca.1939.
Todocolección.
Ronda (Málaga).
Plazuela Arquitecto Francisco Pons Sorolla.
Foto: José Vicente Matellanes.





sábado, 3 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Puerto de Valencia sobre 1950.
Todocolección.

viernes, 2 de julio de 2021

Valencia.

Valencia.
Barraca típica de la huerta Valenciana sobre 1930.
Todocolección.

jueves, 1 de julio de 2021

Batalla de Somorrostro o de las Montañas en 1874 (Cantabria).

Crónica Negra de España 132.

Entre 600 y 2000 fallecidos.

Batalla de Somorrostro o de las Montañas en 1874 (Cantabria).
Desembarco de Víveres y municiones de guerra en 1874.
José Luis Rico Pellicer.

La guerra de las montañas.

CASTRO URDIALES.

Las luchas fueron tan encarnizadas que, tras la batalla, se daban de plazo hasta 10 días para contar los muertos.

La voz 'Guiri' viene de las guerras carlistas, por la hebilla de los cinturones de la Guardia Real -R.G. o Guiri-.

Batalla de Somorrostro o de las Montañas en 1874 (Cantabria).
Imagen que demuestra que los barcos podían navegar por el río Barbadún.  
Jesús Garay.

«Castro Urdiales tente tieso, que Laredo ya calló, los caballos de los guiris Navarrete los llevó». Así rezaba una redondilla en la última carlistada y que como estamos viendo tanta desdicha trajo a Castro Urdiales y su comarca. Muchos castreños murieron en la contienda de Somorrostro, Abanto y las Muñecas. Las luchas fueron tan encarnizadas que, después de la batalla, se daban de plazo hasta 10 días para contabilizar a los muertos, ya que morían más en las camillas de la Cruz Roja, por las terribles heridas infectadas, que en el mismo campo de batalla. Las armas no eran de destrucción masiva, como se dice ahora, a veces se luchaba a espada y hasta a estacazos y las balas y bombas de los cañones hacían a veces menos daño que caerse del caballo, por lo que no era extraño que después de la lucha, los caídos en batalla fuesen unas cuantas docenas y al de 10 días cientos. Todo esto está confirmado en rica documentación en los archivos y en publicaciones de la época, donde el periodismo de guerra fue plasmado con intensidad en la prensa de entonces y en la Ilustración Española y Americana en particular.

Batalla de Somorrostro o de las Montañas en 1874 (Cantabria).

Los heridos recuperables los embarcaban rápidamente a Santander en barcos preparados para ello y los puestos de la Cruz Roja castreña a veces pedían ayudar hasta a los heridos menos graves por la llegada masiva de ellos. Un día 24 de marzo del año 1874, un soldado carlista, de nombre Francisco Erausquin y que con el tiempo llego a ser un vecino castreño de pro, historiador y cronista culto que escribió en los diarios del lugar, decía en La Ilustración de Castro, un 24 de marzo de 1935 y con el título de Hechos Históricos lo siguiente referente a la última carlistada: «Verdaderamente de crimen horrendo puede clasificarse el que se llevó a cabo por la soberbia del dominio de España y que en el día de hoy justamente hace 61 años en el valle de Somorrostro a consecuencia de tener sitiada y muriéndose de hambre por los carlistas, la villa de Bilbao y a las que las tropas del gobierno o los «Guiris» como nosotros los llamábamos, querían salvarlos y el día 24 de marzo del 1874, los 'Guiris' quisieron romper el cerco carlista, cogiendo el pico del Montaño para de allí, con el dominio de la artillería de la que nosotros carecíamos, salvar Bilbao, ya que desde Santander enviaban a Castro Urdiales y de aquí las dirigían a Somorrostro fuerzas considerables». Pero como los carlistas, en previsión y falta de artillería, habían preparado una cantidad de ruedas de vagones sueltas, a la vez de hacerlas alguna, aunque débil resistencia, les iban poco a poco, cediéndoles el terreno. Cuando les pareció llegada la oportunidad, echaron a rodar sobre ellos todas aquellas ruedas, haciéndoles retroceder tumultuosamente unos sobre otros y al mismo tiempo se les echaron encima 24 batallones carlistas que estaban preparados, detrás de aquellas montañas. Hicieron una terrible carnicería quedando en menos de una hora, más de 4000 muertos y otros tantos heridos...

Batalla de Somorrostro o de las Montañas en 1874 (Cantabria).

Cuando llegaron las noticias a Castro, el pueblo lloró consternado, se redoblaron los esfuerzos y hubo heridos que iban a ser evacuados y voluntariamente se quedaron aquí para ayudar en lugar de embarcar para los cómodos hospitales de Santander. Se habló de un tal Fluctuoso, venido de la parte de Zamora y trabajador de las minas de Abanto que, sin una pierna y una pata de palo que él se fabrico, se convirtió en el paladín de la caridad y se le veía calleja arriba, calleja a bajo ir a los hospitales de sangre a dar consuelo a los más necesitados, pues no había tantas manos para curar tantas heridas, ni tantas palabras para consolar a los más graves, que morían en un goteo continuo. Ese día de 24 de marzo de 1874, las lanchas de Castro, aun con el riesgo de ser cañoneadas, se adentraron por el Barbadún y embarcaron a docenas de heridos que andaban desperdigados por campo y veredas en lamento continuo. En tierra, cortejos de dolor, transitaban, a veces molestándose por caminos intransitables y atajos espeluznantes para poder agilizar la evacuación de los centenares de heridos. También los pescadores castreños en sus lanchas se volcaron tanto como los servicios de tierra, llevando vituallas a las tropas y costeando para no ser vistos en un trasiego de cabotaje humano que merece ser recordado. Muchos de aquellos remeros, solo una década atrás, fueron los que consiguieron la gloria en la bahía de Santander para Castro al ganar la regata delante de la reina de España y que a Barbieri le dio motivos para componer la primera jota del regateo.

Mucho duró esta contienda y muchos fueron los muertos y heridos irrecuperables que con el tiempo fueron cruelmente olvidados, como olvidados fueron aquellos soldados desconocidos que, viniendo derrotados de las colonias de ultramar, eran traídos a España como vulgar ganado, desembarcados y dejados a su merced, a que llegasen andando y heridos hasta sus lugares de origen, allá de lejos a veces hasta León, Palencia, Burgos etc. Muchos de estos macilentos soldados que dormían a la intemperie y pasaban por Castro Urdiales fueron atendidos por la Cruz Roja castreña, hasta su recuperación, ya que muchos venían enfermos y heridos.