En la madrugada del jueves 25 de de junio de 1992, desapareció la niña de nueve años Olga Sangrador Caballo, de Villalón de Campos (Valladolid). Era la menor de los tres hijos de Domingo Sangrador y Encarnación Caballo, un matrimonio que poseía un mesón en el pueblo.
Olga Sangrador y su asesino Juan Manuel Valentín.
Foto: N. Nozick.
Olga salió de su casa la tarde del día 25, acompañada por unas amiguitas, para ir a la verbena del pueblo, ya que se celebraban las fiestas patronales de San Juan y San Pedro. A la una y media de la mañana Olga, que siempre volvía a casa a las diez de la noche, dijo a sus amigas que se marchaba porque era muy tarde y sus padres le iban a reñir. Sobre esa hora, dos vecinos afirmaron haberla visto con un hombre "moreno, alto, delgado y bien vestido".
Cuando se confirmó su desaparición, se inició de inmediato una operación de búsqueda, y unos cincuenta guardias civiles apoyados por un helicóptero y perros adiestrados comenzaron a peinar un área de unas 7.000 hectáreas de terreno intentando localizarla, mientras voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil hicieron lo mismo en alcantarillados, pozos y acequias.
Olga Sangrador Caballo en el día de su comunión.
Foto: N. Nozick.
Gracias a una pista proporcionada por un radioaficionado, la Guardia Civil procedió a la detención del presunto secuestrador de la niña, que había sido visto la noche de la desaparición en la Plaza Mayor de Villalón, mientras disfrutaba de un permiso carcelario de seis días, concedido por el juez de vigilancia penitenciaria Ignacio Sánchez Illera 1, -tras una profunda reflexión de ocho meses, y en contra de la opinión de la psicóloga de la cárcel-. Se trataba de Juan Manuel Valentín Tejero, vecino del barrio de La Victoria, que cumplía condena en la cárcel de Villanubla por dos violaciones, abuso sexual a menores, exhibicionismo y robo.
Sin embargo, Pascual Sala Sánchez, presidente del Consejo General del Poder Judicial, manifestó posteriormente que Valentín Tejero no tenía antecedentes por violación, sino por abusos deshonestos.
El juez de guardia de Valladolid, Manuel García Castellón, se trasladó con el sospechoso a Villalón, en donde se llevó a cabo una rueda de reconocimiento secreta -se dijo que para evitar que los vecinos intentaran linchar al sospechoso- en un hotel de dicha localidad.
Foto: N. Nozick.
Se trata del mismo juez instructor al que Pedro Luis Gallego Fernández -el violador del ascensor-, en la vista oral del juicio por el asesinato de Leticia Lebrato, en junio de 1994, acusaría de haberle engañado con falsas promesas para que firmara su declaración declarándose culpable del crimen. Una curiosa coincidencia. Gallego afirmó que el juez le había prometido ingresarle en un centro psiquiátrico en lugar de una cárcel. Este juez instruiría asimismo el "caso Banesto", por el que fue condenado Mario Conde.
Tras cuatro horas de interrogatorio, Valentín Tejero, de 32 años, descrito en la prensa como "un hombre frío y calculador, de los que no se asusta delante de la Policía", se vino abajo y confesó ser el autor del crimen, confesando que la había violado vaginal y analmente, para posteriormente intentar ahogarla. Al no conseguirlo, la golpeó con una barra de hierro en la cabeza. Pero fuentes próximas a la investigación no descarta que se utilizara dicha barra para abusar de la niña "dados los fuertes desgarros que presentaba su cuerpo."
En aquél año 1992 se iba a repetir el argumento de la utilización de una barra para realizar desgarros post-mortem. Lo que pasa es para entonces Valentín Tejero ya estaba en la cárcel. Sería una coincidencia.
Como queda dicho, la pista que condujo a su detención la facilitó un radioaficionado que afirmó haber visto un todo terreno Suzuki de color negro, cubierto de pegatinas, en las inmediaciones del pueblo.
La madre de Olga tuvo que recibir asistencia médica, mientras el padre acompañaba a las fuerzas de seguridad en busca de los restos de su hija.
Encarnación Caballo,madre de Olga Sangrador.
Foto: N. Nozick.
Valentín Tejero había pedido a Olga que le ayudara a colocar unos carteles para un concurso de "caza del zorro" destinado a radioaficionados. La niña accedió a acompañarle hasta el todoterreno, suponemos que para recoger los famosos carteles, pero lo que sucedió es que Tejero la introdujo en su vehículo y se la llevó por la fuerza. Una vez consumado el crimen, volvió a Valladolid, se duchó, y se fue a su quiosco de prensa en el que ayudaba a su madre, en el barrio de la Fuente del Sol.
El cuerpo de Olga apareció el sábado 27 de Junio de 1992, a unos cinco kilómetros de Tudela de Duero -a setenta kilómetros de Villalón-, enterrado a poca profundidad en una zona de difícil acceso de un pinar. Su presunto asesino estuvo presente en el levantamiento del cadáver. El padre de la niña, Domingo Sangrador, comunicó el triste fin de su hijita a los medios de comunicación. El operativo estaba a cargo del jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, Francisco Javier Galache Antolín.
El análisis forense confirmó que Olga había fallecido al ser golpeada con una barra de hierro en la cabeza, después de que el asesino intentara estrangularla.
La pequeña Olga fue enterrada el domingo 28 de junio de 1992. El funeral fue presidido por el arzobispo de Valladolid.
Valentín Tejero volvió a confesar la autoría del crimen en el juicio que se celebró el nueve de septiembre de 1993. El fiscal solicitó 56 años de prisión mayor, la acusación particular, ejercida por la letrado María Jesús Díez Astraín, 82 años, y la defensa, 30 años. Díez Astraín también solicitada una indemnización de cuarenta millones de pesetas y, en caso de insolvencia del autor del crimen, la responsabilidad subsidiaria del Estado, por negligencia.
Se determinó que los delitos cometidos por el acusado fueron los de rapto, violación, asesinato e inhumación ilegal.
Vecinos de Villalón en muestra de dolor.
Foto: N. Nozick.
Sin embargo, Valentín Tejero negó haber violado a Olga. Sólo recordaba "haber introducido los dedos en sus partes íntimas". Pero es que "tenía la mente en blanco y no sabía lo que hacía". Y se echó a llorar, mientras el público empezó a abuchearle e insultarle.
Si, como Pascual Sala manifestó, Valentín Tejero no tenía antecedentes por violación, negó haber violado a Olga y, además, nunca había matado a nadie... ¿Hubo algún cómplice en el crimen?
Finalmente, la Audiencia de Valladolid condenó a Valentín Tejero a cincuenta años de cárcel por el crimen. Treinta de reclusión mayor por asesinato y otros veinte por los delitos de rapto con violación. Asimismo, se le impuso la pena de destierro de Villalón de Campos hasta pasados seis años desde su puesta en libertad.
Foto en el Juicio en 1993.
Domingo, el padre de Olga, declaraba: "La Ley en España dice que se pueden cumplir un máximo de treinta años y queremos que así sea. No deseamos que empiecen las reducciones de penas y en sólo unos años el criminal esté en la calle. Este tipo de personas tienen que cumplir toda la condena. Mató por placer y tiene que pagarlo."
Juan Manuel Valentín Tejero en libertad tras la doctrina Parot en 2013.
Periodico ABC.
El Tribunal Supremo confirmó el 4 de marzo de 2013 un auto de la Audiencia de Valladolid, dictado en febrero de 2012, por el que se le aplicaba la doctrina Parot, para que no saliera de prisión hasta julio de 2025.
El 21 de octubre de 2013, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos derogó la llamada "Doctrina Parot".
El día 27 de octubre, alarmados ante la posibilidad de que se excarcelara a Valentín Tejero, un millar de personas se concentraron en Villalón de Campos, en un acto organizado por las amigas y vecinas de la niña. Sara Redondo, amiga de Olga, leyó un manifiesto, en el que decía que Valentín Tejero "Nos quitó a Olga de una manera injusta y la hizo sufrir, un sufrimiento que no merecía. Nadie merece algo así, pero es menos justo aún que el criminal que nos la arrebató, sin siquiera arrepentirse, salga aligerado en el cumplimiento de la condena que la justicia entendió que le correspondía"
Valentín Tejero formalizó su petición de libertad al día siguiente de la concentración. El dictamen al respecto, que se conocerá próximamente, será emitido por los magistrados Feliciano Trebolle, Miguel Ángel de la Torre y Fernando Pizarro. El presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid, Feliciano Trebolle, precisó que el plazo para que todas las partes -incluidos los padres de Olga Sangrador- presenten alegaciones finalizará el lunes 18 de noviembre de 2013.
Esperemos que, por una vez, prevalezca el sentido común. Aunque lo dudo.
Domingo y Encarnación tuvieron que dejar su empresa de hostelería y jubilarse. Todavía en una entrevista del 13 de febrero de 2004, Encarnación decía que ella y su marido seguían medicados. ¡Doce años después del crimen! ¿Cómo se repara eso, señores legisladores, señores jueces? ¿Qué clase de justicia tenemos?
Encarnación, la madre de Olga, no se lo puede creeer. "Le han puesto cincuenta años, que cumpla los cincuenta años. ¿Y él ahora, tiene derechos? ¿Dónde están los derechos de mi hija?"
Texto,parte de fotos e información extraídas de este enlace: http://lawebdelassombras.blogspot.com.es/2013/11/olga-sangrador-caballo.html
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