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miércoles, 1 de febrero de 2023

Antonio Hidalgo Mata.

Crónica Negra de España 162:

El sanguinario bandolero español que la II República liberó en la amnistía de 1931 y aterrorizó a Andalucía.

Reverte inició su carrera delictiva muy joven, apuñalando a un familiar para robarle el jornal, y llegó a asesinar a su cuñada por la espalda después de que el Gobierno de Alcalá Zamora le dejara en libertad.


https://www.abc.es/historia/abci-crimenes-reverte-bandolero-liberado-segunda-republica-sembro-terror-cordoba-201901080151_noticia.html
Reverte, herido, en la cárcel de Priego de Córdoba en 1907.

Diez años había estado en prisión Antonio Mata Hidalgo cuando los vecinos de Fuente Tójar (Córdoba) le vieron aparecer en una diligencia, con la cabeza asomada por la puerta, gritando sobre sí mismo: «¡El Reverte ha vuelto! ¡El Reverte ha vuelto! ¡ Viva la República !». El pueblo debió temblar al escuchar la voz casi olvidada de uno de los bandoleros más famosos y peligrosos de la historia de Andalucía.

Había nacido en la misma localidad 65 años antes y regresaba a ella tras la amnistía decretada por el Gobierno Provisional de Niceto Alcalá Zamora . La medida, que en principio solo afectaba a los delitos políticos, sociales y de imprenta, llegó la misma noche del 14 de abril de 1931, nada más ser instaurada la Segunda República . La intención de Reverte era rehacer su vida con la que había sido su esposa, Adelina Pérez Alba . Y estuvo meses intentándolo, acogido en la casa de su hijo, pero ella no deseaba tener ya ningún tipo de relación con el bandolero que había sembrado antaño el terror en la región.


A Reverte no le gustó ser rechazado. Se había acostumbrado a conseguir todo lo que quería desde joven, durante sus andanzas criminales por la provincia. No le importó lo más mínimo que acabara de salir de prisión, ni tuvo en cuenta que su mujer le hubiera ayudado económicamente desde que estaba en libertad. La venganza estaba decidida. Un día a comienzos de mayo de 1932, el bandolero espero escondido en un camino de Fuente Tójar por donde se supone que todas las tardes pasaban su esposa y otra vecina camino del huerto. Cuando aparecieron, se acercó en silencio por la espalda de la que supuso era su mujer y, tras desenfundar su pistola, le disparó dos veces en la cabeza.

Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que no lo era. Acababa de ejecutar a su cuñada, que tenía cierto parecido físico. Reverte ya no era el bandolero de antaño y le fallaba la vista. Su acompañante, además, era la mujer de un guardia civil del pueblo a la que perdonó la vida. Aquella sería su última víctima, de 47 años, que era considerada por los vecinos una persona honrada, buena y cariñosa.

No había en aquella acción nada de la épica y el romanticismo que se asociaba a los bandoleros desde épocas anteriores. Muchos compañeros de Reverte se convirtieron en auténticas leyendas admiradas por el pueblo como justicieros que robaban a los ricos para dárselo a los pobres . Pero lo cierto es que el bandolerismo fue cruel y despiadado. La mayoría de ellos formaban parte de bandas de proscritos, salteadores de caminos, ladrones y asesinos, cuyos actos iban acompañados, muchas veces, de crueldad, brutalidad y dolor injustificado. Baste este asesinato como ejemplo, aunque a principios del siglo XIX encontremos algunos ejemplos de bandoleros patriotas españoles que se lanzaron al campo para combatir a los invasores franceses.

No era este el caso de nuestro protagonista, quien, nada más descerrajar aquellos dos tiros por la espalda, huyó a toda velocidad entre los olivares. Por fortuna, una semana después sus vecinos pudieron leer en « La Voz » un artículo titulado: «El último bandolero: captura de Reverte». «La Guardia Civil de Fuente Tójar ha continuado activamente las pesquisas para detener al bandido Reverte, autor de la agresión a su cuñada María Jiménez que falleció ayer en el hospital de Priego. Por confidencias se supo que el bandolero estaba refugiado en el cortijo Ramírez. Se organizó una batida y este salió de su refugio para dirigirse a la localidad de Alcaudete (Jaén). A última hora de la tarde fue capturado y conducido a la cárcel de Priego. Con su detención ha vuelto la tranquilidad al vecindario», informaba el diario.

En aquella captura, dirigida por el teniente de la Benemérita Francisco López Pastor, participó también Demetrio Núñez , el guardia civil que un año antes había ayudado al Rey Alfonso XIII a salir de España tras proclamarse la Segunda República. Reverte, por su parte, fue ingresado en la cárcel de Córdoba y ya nunca volvió a ser libre al fallecer de causas naturales durante la Guerra Civil.

Más de medio siglo había dedicado Antonio Matas «Reverte» a la delincuencia. Comenzó a ejercerla cuando apenas era un adolescente, con el atraco a un familiar de su misma edad. Iban los dos andando de regreso a casa al terminar una dura jornada de trabajo en el campo, cuando el bandolero en ciernes fingió un fuerte dolor en el estómago. Al acudir su pariente a ayudarle, se levantó de repente y le asestó varias puñaladas para quitarle su jornal. Allí lo dejó tirado, mal herido. Y se lanzó a la sierra para comenzar una carrera delictiva que no se detuvo hasta aquella primavera de 1932.

En aquella primera tropelía no fue detenido y pudo continuar una vida más o menos normal. Incluso se casó con María Ayala y tuvo un hijo varón, el mismo que le acogería en su casa cuando salió de prisión en 1931. Aquella primera mujer falleció pronto. Viudo y sin muchas ganas de ponerse a trabajar honradamente, continuó con su vida criminal de la mano de otro de los bandoleros más legendarios de la historia de España: Francisco Ríos González, conocido como «El Pernales» .

https://www.diariodesevilla.es/juzgado_de_guardia/reportajes/bandoleros_0_1362164060.html

En la banda de este aprendió el oficio y cometió crímenes que, incluso, fueron recogidos por escritores franceses del XIX, los cuales convirtieron a los miembros de este grupo en una especie de héroes populares cantados en romances y protagonistas de historias épicas inventadas. «El Pernales es un bandido romántico que lucha por la gloria. El dinero del señorito es para él cosa secundaria. Tiene aspiraciones más altas. Trabaja principalmente para que lo que él escribe con su faca sea escrito después con las plumas de los ingenios. Daría todo el dinero que le envían los asustadizos labradores a un editor para que le sacase a tres tintas, con su jaca y su rifle, en la portada de una novela por entregas», podía leerse en ABC el 29 de agosto de 1907 . Pero lo cierto es que el Pernales también fue famoso por su crueldad. Un feroz maltratador de su mujer y de sus hijas pequeñas, a una de las cuales llegó a quemar con una moneda al rojo vivo cuando era un bebé, porque lloraba mucho. Y era habitual que violara a muchas de las víctimas de sus robos.

Reverte, el Pernales y el resto de la banda recorrió durante años los caminos y pueblos de Sierra Morena y la Serranía de Ronda . Una de sus acciones más conocidas fue el asalto al gobernador civil de Córdoba en su propia casa. «Se acaba de tener noticia en Córdoba de una nueva hazaña del famosísimo Pernales, ese bandido que nos ha salido a los andaluces para terror de cortijeros y desesperación de autoridades», contaba este periódico el 31 de julio de 1907.

Bandoleros en la España del siglo XIX. https://recreacionhistoria.com/bandoleros-en-la-espana-del-siglo-xix/
Bandoleros en la España del siglo XIX.



Un mes después, ABC informaba de la muerte en Alcaraz (Albacete) de este y el Niño de Arahal. La fotografía de sus cadáveres, tras ser abatidos por la Guardia Civil, aparecía a toda página en este periódico. Reverte, por su parte, fue capturado y entró en la prisión de Córdoba. Durante su estancia llegó a escaparse con el mismo truco con el que había cometido su primer crimen. Comenzó a dar gritos de dolor en la celda, como si estuviera terriblemente enfermo, y cuando el carcelero fue a socorrerle, el bandolero se revolvió y le agarró del cuello. Después le inmovilizó contra los barrotes y le quitó las llaves. Y, por último, lo dejó maniatado y, antes de huir, fue abriendo las celdas del resto de presos.

Reverte decidió entonces formar y liderar su propia banda, junto a Facundo Sánchez Mérida, alias « Reveca », y Pedro Ceballos González, el « Pepino ». Se los conoció como «Los tres de Fuente Tójar», pues todos habían nacido en la misma localidad. Una cuadrilla que pronto se haría famosa en la región por sus atracos y sus enfrentamientos con la Guardia Civil, en algunos de los cuales salió herido. También por sus continuas entradas y salidas de la cárcel, a donde periódicos como «La Publicidad» acudieron para entrevistarle.

Cuentan que en una ocasión estaban los tres fumando tranquilamente en un cerro cercano al pueblo de Castil de Campos (Córdoba) y vieron patrullando a lo lejos a dos agentes de la Benemérita. «¿Queréis que tengamos una “charla” con ellos?», preguntó Reveca. Y Reverte respondió, tranquilo, «como queráis, muchachos». Y sacó su trabuco. El intercambio de disparos duró hasta el anochecer, a pesar de que los agentes no les habían reconocido en un principio. Famosa es también la ocasión en que raptaron al hijo de un terrateniente de su pueblo. Reverte se presentó con sus dos secuaces en el cortijo encañonando a toda la familia. Intentó llevarse al más pequeño, pero el mayor de los hijos insistió en que se lo llevaran a él. El bandolero aceptó.

En muchas ocasiones regresaban a Fuente Tójar a descansar en casa de sus familias e, incluso, se los veía pasear por las calles del pueblo, pero ningún vecino se atrevió jamás a avisar a las fuerzas del orden. Mientras tanto, asaltaban un cortijo, una diligencia, una partida de caminantes y volvían a su escondite. Eran robos de subsistencia en los que Reverte no dudaba en emplear la violencia. En una ocasión robaron todos los ahorros de dos paisanos marchantes de profesión y los dejaron en la más absoluta ruina. La prensa de la época señalaba que «los aludidos ladrones, solapadamente primero, pero con todo descaro y a campo abierto desde hace dos meses, amenazan, roban a mano armada, castigan despiadadamente a los robados y ejecutan cuantas atrocidades les viene en gana, en perjuicio de los honrados vecinos que claman al cielo».

En otra ocasión, tras asaltar a un vecino de Luque (Córdoba) al que robaron seiscientas pesetas que llevaba para la compra de reses, le dejaron desnudo en medio del campo y, finalmente, le dieron una paliza por haberles dicho que no llevaba dinero. Esta vez fue detenido. Fue la gota que colmó el vaso y la Guardia Civil organizó una cacería. El famoso bandolero fue capturado tras un intenso tiroteo en el que resultó herido y fue condenado de nuevo, esta vez a diez años de prisión. No volvió a ver la calle hasta la amnistía de la Segunda República… para desgracia de su cuñada.

Información extraída de este enlace: 
https://www.abc.es/historia/abci-crimenes-reverte-bandolero-liberado-segunda-republica-sembro-terror-cordoba-201901080151_noticia.html#ns_campaign=rrss&ns_mchannel=abc-es&ns_source=fb&ns_linkname=cm-general&ns_fee=0&_tcode=ZHpvdTEz

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