Torrevieja temblaba el sábado 21 de marzo de 1829 a las 6:15 de la mañana, a causa de un terremoto de magnitud 6.6 en la escala de Richter.
Casas de varios pisos, sin cimientos, que estaban sostenidas por vigas de madera débiles y situadas en calles estrechas, cayeron con sus habitantes en su interior.
En Torrevieja colapsaron prácticamente todas las casas, el pueblo de Guardamar tuvo que ser rediseñado y Almoradi fue la ciudad más afectada.
Un total de 2.965 casas fueron destruidas y otras 2.396 casas fueron afectadas por este terremoto.
Hubo un total de 386 muertos y 375 heridos.
A petición del Obispo Félix Herrero de Orihuela, tras una misiva en la que el Obispo le envió al rey, Fernando VII remitió millón y medio de reales de su pecunia particular, así como estableció el envío urgente de cereal. De las cuentas abiertas para ayudar a los damnificados, que alcanzaron una recaudación de ocho millones y medio de reales, se reconstruyeron totalmente los municipios de Almoradí, Benejúzar, Guardamar y Torrevieja.
Localidades afectadas.
Cada año en Almoradi, sus habitantes acompañan a San Emigdio, que es el santo patrón de los terremotos, y rezan a la memoria de todas las víctimas.
El terremoto de 1829 sigue tan profundamente arraigado en la mente de la gente de Vega Baja que, cuando tuvo lugar el terremoto de magnitud 3,6 de agosto de 2008, el Consejo recibió docenas de solicitudes para sacar a San Emigdio a la calle, y estuvo acompañado por mil personas de toda la región.
Información extraída de este enlace: https://torrevieja.com/el-terremoto-de-torrevieja-de-1829/
Menuda fatalidad. ¿Hubo algún suceso positivo en el reinado de Fernando VII? Parece que ni las entrañas de la tierra dio respiro a los súbditos. En fín, qué pena.
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