Bajo el reinado de Felipe II, el corregidor cordobés manda su construcción para mejorar el abastecimiento de agua del vecindario. Realizada pues en 1577, un siglo después se verá coronada por el gracioso potrillo que cabalga sobre ella. Ubicada originariamente en el mismo lugar donde hoy se levanta el triunfo a San Rafael, en 1847 fue desplazada hasta su destino actual. Parece ser que el nombre de esta plazoleta y la fuente vienen dados por el pequeño equino, aceptándose también como probable las teoría sobre el nombramiento debido a la posada del mismo nombre.
Torrevieja temblaba el sábado 21 de marzo de 1829 a las 6:15 de la mañana, a causa de un terremoto de magnitud 6.6 en la escala de Richter.
Casas de varios pisos, sin cimientos, que estaban sostenidas por vigas de madera débiles y situadas en calles estrechas, cayeron con sus habitantes en su interior.
En Torrevieja colapsaron prácticamente todas las casas, el pueblo de Guardamar tuvo que ser rediseñado y Almoradi fue la ciudad más afectada.
Un total de 2.965 casas fueron destruidas y otras 2.396 casas fueron afectadas por este terremoto.
Hubo un total de 386 muertos y 375 heridos.
A petición del Obispo Félix Herrero de Orihuela, tras una misiva en la que el Obispo le envió al rey, Fernando VII remitió millón y medio de reales de su pecunia particular, así como estableció el envío urgente de cereal. De las cuentas abiertas para ayudar a los damnificados, que alcanzaron una recaudación de ocho millones y medio de reales, se reconstruyeron totalmente los municipios de Almoradí, Benejúzar, Guardamar y Torrevieja.
Cada año en Almoradi, sus habitantes acompañan a San Emigdio, que es el santo patrón de los terremotos, y rezan a la memoria de todas las víctimas.
El terremoto de 1829 sigue tan profundamente arraigado en la mente de la gente de Vega Baja que, cuando tuvo lugar el terremoto de magnitud 3,6 de agosto de 2008, el Consejo recibió docenas de solicitudes para sacar a San Emigdio a la calle, y estuvo acompañado por mil personas de toda la región.
Sustantivo masculino y femenino. Este vocablo se define a una persona que tiene por desempeño o quehacer de elaborar o manufacturar las escobas y posteriormente la comercializa y la vende.
La Riada de San Policarpo fue una inundación causada por el desbordamiento del río Tormes que afectó a numerosas viviendas, templos religiosos e infraestructuras de la ciudad de Salamanca.
La riada ocurrió el 26 de enero de 1626. Este desbordamiento del Tormes afectó a más de un millar y medio de viviendas en diversa consideración y destruyó infraestructuras vitales para el correcto funcionamiento de la ciudad. La crecida logró alcanzar la cota de la parte trasera de lo que es ahora el Convento de San Esteban e inundó gran parte del arrabal salmantino.
El año de 1626 comienza con abundantes nieves, seguido de un periodo de intensas lluvias que provocan una crecida generalizada en la cuenca del Duero, afectada por las crecidas de varios de sus afluentes. El río Tormes, siendo uno de ellos, sufre un aumento de caudal descontrolado y repentino que ocurre en un corto intervalo de menos de cinco horas durante la noche del día 26-27 de enero (día onomástico de San Policarpo). Esta repentina crecida causa en la ciudad numerosos destrozos y muertes en su vega quedando en la historia como la denominada noche de San Policarpo. En la riada murieron 142 personas que se vieron sorprendidas durante la noche.
Las iglesias situadas en la vega del río se vieron seriamente afectadas. El puente romano que cruza el río sufrió graves desperfectos teniendo que ser restaurado en gran parte. Cuatro arcos de la parte más alejada de la ciudad se hundieron completamente, dejando la ciudad incomunicada por este lado; en días sucesivos se fueron hundiendo más arcos hasta parar en el castillete central. El puente volvió a ser reconstruido a partir de 1627, durante el reinado de Felipe IV.
Las lluvias volvieron a causar una riada en febrero de ese mismo año pero con menores consecuencias.