Grupo de chozos del sur de Extremadura en 1946.
Ministerio de Educación,cultura y deporte.
Su presencia es siempre inseparable del paisaje cultural del que forman parte. Vinculados al mundo agrícola y ganadero de Extremadura, el chozo es, sin lugar a dudas, uno de las construcciones más genuinas y mejor adaptadas al entorno natural.
Después de las cuevas, fueron los primeros refugios para los grupos humanos sedentarios y la palabra "hogar" empezó a tomar un nuevo significado.
El chozo ha sido el elemento más vivo del paisaje rural hasta tiempos recientes. Sus múltiples formas y su presencia nos hablan de las maneras de vivir, de trabajar y de subsistir de las gentes que nos precedieron. Una vida humilde, llena de carencias e injusticias, de muchas privaciones y durísimas condiciones de trabajo, por lo que el chozo vive cargado, muchas veces, de connotaciones negativas y de marginalidad.
Cantada por numerosos poetas, el chozo destaca como una de las señas culturales más significativas de Extremadura. Hoy, desaparecen a una velocidad vertiginosa. Malviven y agonizan sus últimos días en las tierras de Extremadura sin que nada ni nadie parezca remediarlo. Porque el chozo es paisaje y es cultura, es identidad y emoción. Y es el más sincero homenaje a nuestros antepasados y a sus formas de vida tradicional.
Texto: Victor Manuel Pizarro.
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