Embarque de los voluntarios catalanes enviados a la isla de Cuba en 1869.
Dibujo original de M. Padro.
Todocolección.
Durante la Guerra de Cuba, la Diputación de Barcelona, movilizó a miles de voluntarios. Los Cazadores de Barcelona llevaban, como parte de su uniforme, “faja del país de distintos colores, gorro catalán encamado, polainas también del país y alpargatas”. Y es que los elementos simbólicos tuvieron, en toda la operación, una gran importancia. La barretina se convirtió, desde el primer momento, en el símbolo identificativo de los Voluntarios, en la principal seña de identidad.
El día del embarque del Primer Batallón, y desde el vapor España, el capitán general de Cataluña, Ramón Nouvilas, acompañado por la Diputación en pleno, tomó juramento a los voluntarios con la pregunta: «¿Juráis a Dios ya la nación defender esta bandera en paz y en guerra, hasta derramar la última gota de sangre, y ser fieles a vuestros jefes?”, a la que contestaron, como cabía esperar, de forma afirmativa. Cuando estaban todos embarcados “les dirigió una elocución final en catalán recordándoles las frases que habían oído en el acto de jurar la bandera española y les repitió las palabras que el Rey don Jaime el Conquistador dirigía a sus soldados”.
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