Su plan era lograr un volante oficial en la Fórmula 1 en este 2013, pero aquel grave accidente en el aeródromo de Duxford (Reino Unido) cuando estaba haciendo unos test con el equipo ruso del Marussia, en el que al principio se le dio por muerta, truncó su carrera y le dejó graves secuelas, entre ellas la pérdida del ojo derecho.
De Villota no se hizo después la pregunta de hasta dónde habría llegado en el caso de no haber sufrido ese accidente. "La Fórmula 1 es un mundo muy competitivo. El plan era conseguir un volante oficial para 2013, pero no creo en los planes B porque eso te quita el foco del Plan A. Pero ése era el objetivo, pilotar un coche oficial para este año", confesó la madrileña.
María respiró en casa el amor por los coches influida por su padre, Emilio de Villota, que pilotó un fórmula 1 en la década de los setenta, y se enroló en 2000 en la Fórmula Castrol, una categoría para cultivar los jóvenes valores en automovilismo como lo fue la Movistar Cup para la cantera de pilotos de motos.
Después de dos años, compitió en el Campeonato de España de Fórmula 3 antes de dar el salto al mundo de los turismos en la Ferrari Challenge y Maserati Trofeo. Volvió a los monoplazas en 2008 y militó en el equipo del Atlético de Madrid hasta 2011 en la Superliga Fórmula.
María nunca olvidará cómo pudo probar un monoplaza en el circuito Paul Ricard, el 3 de agosto de 2011, tras hablar con el 'patrón' de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, en el Gran Premio de Valencia. "Me preguntó: '¿Estás preparada?'. Y yo pensé mucho hasta que le respondí: 'Lo que importa no es lo que piense yo sino lo que dice el crono'", recordó.
Un año más tarde, De Villota, que tenía como referente a la escocesa Susie Wolff, a la que siempre deseaba suerte porque no podía permitir que las niñas no tuvieran "con quién proyectarse" en la parrilla, fichó como piloto probador del Marussia y vio cómo su ascenso a la fórmula uno se detuvo aquel 3 de julio de 2012 en Duxford.
A pesar de las secuelas del accidente, María, que aparecía ya en público con un parche en su ojo derecho, afrontó con positivismo su día a día pese a saber que ya no se subiría nunca a un coche de fórmula uno.
"Cuando se está al borde de la muerte la vida cambia. Aunque no tenga un ojo, ahora veo y siento más que antes. Me queda mucho por hacer, estoy convencida de que lo mejor está por venir y creo que, después del accidente, soy mucho mejor persona", dijo meses más tarde.
2012.
María de Villota en la joyería Durán 2012.
Maria de Villota, en el GP de Australia de 2012.
R-29 año2011.
Accidente en el Aeródromo de Duxford (Reino Unido) 2012.
Hasta siempre D.E.P.
El minuto de silencio en memoria de la expiloto tuvo lugar en el garaje de la FIA en Suzuka antes del 'drivers parade'. Pedro de la Rosa fue el impulsor de una iniciativa en la que han participado todos los pilotos del paddock.
Carta de Emilio de Villota a su hija.
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